2 de noviembre de 2008

LAS MOCHILAS: CRITERIOS DE ELECCIÓN. CÓMO CARGARLAS Y CÓMO REGULARLAS

Bueno, comienza otra temporada, y muchos de vosotros estaréis pensando en compraros una mochila nueva por mil razones: la que tengo no me gusta, no me cabe todo, simplemente no tengo, etc. Ante todas las razones que cada uno de nosotros podamos tener para adquirir una mochila nueva o cambiar la que ya tenemos surgen infinidad de dudas. Voy a intentar aclararos las que pueda y que tengáis criterios para elegir una buena mochila sin arrepentiros de la compra.

Cuando vamos a una tienda a comprar una mochila, lo lógico es que veamos multitud de ellas de todo tipo de colores, modelos, tallas y capacidades, y que el vendedor no nos sea de gran ayuda simplemente por eso, por la cantidad de modelos existentes o porque no entiende. Así que necesitamos ir con las ideas un poco claras.

Lo primero que tenemos que tener claro es qué buscamos: forma de la mochila. A Mí personalmente me gustan las mochilas sencillas. Una mochila debe tener forma tubular, cintas de compresión y ajuste (las cenitales también), un buen cinturón y una buena seta. Si además lleva porta piolet en el cinturón maravilloso. La espalda debe ser acolchada y de materiales que evacuen la humedad, pero no hace falta que sea de medio metro de grosor ni que parezca una nave espacial. La espaldera de la mochila debe estar en contacto con nuestra espalda. Personalmente estas son las partes más importantes de una mochila. Este tipo de mochilas tubulares se conocen como mochilas alpinas.
La forma de tubo hace que la mochila sea más estable, ya que va más centrada a la espalda y hace que sea más fácil escalar con ella. La carencia de bolsillos exteriores es muy importante, ya que los bolsillos laterales lo único que hacen es engancharse en pasos estrechos y aumentar el volumen del conjunto montañero- mochila (que no así el volumen de carga). La seta siempre es mejor que las cremalleras, pues cuando una mochila lleva mucho volumen de carga las cremalleras pueden llegar a abrirse. Una mochila con seta es simplemente un saco. Si se rompe el cierre del saco se arregla fácil y rápidamente en el acto, no es grave. Una cremallera que se abre nos puede hacer perder la carga. Además con una seta las posibilidades de carga exterior aumentan, AUNQUE HAY QUE PROCURAR QUE TODO VAYA DENTRO DE LA MOCHILA: una mochila con ropa colgando tiene el mismo problema que una con bolsillos. Se engancha. Además podemos perder nuestra querida y no menos cara chaqueta, así que tenedlo en cuenta (el material de escalada sí se lleva fuera de la mochila, aunque es conveniente que quepa dentro de ella hasta su utilización).
Las cintas de compresión son muy importantes porque nos permitirán ajustar la carga de forma que no se mueva cuando la mochila va poco cargada y estamos por terreno complicado. Ojo, no hacen falta 2000 cintas. Con 2 cintas laterales a cada lado bien posicionadas es suficiente. Tened en cuenta que hay mochilas que llevan porta esquís de travesía (para eso mismo, para llevar los esquís). Si elegís una mochila que los lleve fijaros bien en que estos no impidan la carga de la mochila. Suelen estar en la parte inferior de los laterales, justo donde llevaremos el saco de dormir y la funda de vivac. Para meter ambos hay que comprimirlos y hacer que la mochila se expanda. Si estas cintas porta esquís son muy rígidas impiden la expansión de la mochila, creando unos huecos que no podemos aprovechar.

Hemos hablado de las partes que considero importantes en una mochila: forma tubular, seta, cintas de compresión... ¿qué pasa con el cinturón?. El cinturón es una de la piezas fundamentales de la mochila. La mochila es simplemente un sistema de carga, una herramienta que nos permite portear material de un lugar a otro. Si este sistema de carga no es efectivo nuestra espalda se resentirá y pagará las consecuencias. La carga debe recaer sobre nuestra cadera para luego pasar de forma vertical a nuestras piernas, es decir, LA CARGA ES SOPORTADA POR NUESTRAS PIERNAS Y NO POR NUESTRA ESPALDA, Y PARA ELLO DEBE RECAER EN NUESTRAS CADERAS.
Cuando vamos a comprar una mochila debemos elegir la talla correcta (sí, las mochilas tienen talla) y probar el cinturón.
¿Cómo probamos la talla?. Muy sencillo, la longitud de la espalda de la mochila debe ser aproximadamente la distancia entre la 7ª vértebra (la base del cuello por detrás) y la cresta ilíaca, justo en la espalda a la altura donde acaba el hueso de la cadera.













Para evaluar los cinturones hay tres pequeños trucos:
• Uno es coger la mochila por el cinturón y levantarla vacía. Si se levanta como un bloque y el cinturón se mantiene rígido en el aire y sostiene la mochila vacía es un buen síntoma ya que probablemente cargue perfectamente.

• La segunda manera es pedirle a alguien que una vez apretado el cinturón agarre con fuerza la parte de atrás del cinturón o la mochila por su parte baja y haga fuerza hacia abajo (no hacia atrás, ya que la carga cae verticalmente), simulando carga. Si el cinturón aguanta, perfecto.

• La ultima prueba es cargar la mochila y comprobar que sólo con el cinturón apretado esta es capaz de soportar el peso. Los tirantes han de estar flojos, debemos DE PODER PASAR LA MANO ENTRE ELLOS Y EL HOMBRO es decir 100% de carga en el cinturón (esta es la definitiva).

Cuando vamos a comprar una mochila no nos la ponemos y vemos que sea bonita muy técnica y se adapte a nuestro bolsillo. Hay que probársela bien. Para ello hay que regulársela y ver que estamos cómodos con ella en vacío.

Regulación de la mochila:
1. Ajustar el cinturón haciéndole corresponder la parte superior de la pelvis, tensándolo hasta que notemos contacto a lo largo de todo el contorno de la cintura.
2. Tensar las hombreras hasta que notemos contacto en la zona del pecho, hombros y preferiblemente en el inicio de la espalda. Ajustar la cinta de pecho.
3. Tensar los laterales del cinturón hasta que no exista balanceo de carga.
4. Regular las correas cenitales (son las que unen las hombreras en su parte superior con la mochila para acercar la carga a nuestra espalda). Aflojar los tensores en el ascenso y apretarlos en el descenso.
Estos pasos hay que hacerlos también con la mochila cargada cada vez que la utilicemos (no siempre ponemos igual la carga, esta aumenta o disminuye, etc.)

Bueno, ya hemos visto la forma, elementos esenciales, cómo probarla, cómo ajustarla, etc. Ahora viene la pregunta del millón: ¿DE QUÉ TAMAÑO ME COMPRO LA MOCHILA?.
Para responder a esta pregunta hay que tener en cuenta varios factores. Desgraciadamente no se puede tener una mochila para todo, lo ideal es tener varias, pero sí podemos tener mochilas polivalentes de forma que minimicemos el número de mochilas a tener y por supuesto la inversión (tampoco se puede tener una mochila para cada día de la semana).

Para Alta Montaña Invernal Yo recomiendo para chico y chica mochilas de 45L (normalmente suelen ser 45+X). En esta mochila podemos llevar todo lo necesario para varios días: saco de dormir, funda de vivac, material de escalada, cuerdas, comida, tienda de campaña, etc. Pero cuidado, hay que ser minimalistas y no llevarse la casa a cuestas. Si queremos llevarnos un juego de cacerolas con la vitro necesitaremos un elefante. Esta mochila sería una opción muy polivalente, pues nos permite hacer la aproximación y luego, dejando en el refu o en la tienda lo que no necesitemos, el ataque.
Otra buena opción son las mochilas de 35L. Una buena mochila de 35L nos permite hacer travesías de varios días durmiendo en refu o si sois muy minimalistas incluso de vivac.

A la hora de elegir el volumen de las mochilas hay que tener en cuenta algunos factores:
  • Una mochila de 35L de distintos fabricantes tienen diferente capacidad.
  • El volumen no se cuenta sólo del saco principal, sino también de los bolsillos. Es por ello que mochilas con bolsillos laterales tienen el saco más pequeño.
Por ejemplo, Yo tengo una Millet Pro Ligth 35 (35L capacidad) y cabe perfectamente todo el material de Alta Montaña invernal, no sólo por la amplitud del saco sino también por el diseño de la seta. Así que tened esto en cuenta, a veces compramos una mochila de 35L porque la de 45 es muy grande y resulta que la de 35 no la llenamos nunca y siempre va medio vacía porque su diseño le hace cundir más el volumen (¿os estoy liando un poco tal vez?).
Otro factor importante que también miramos es el peso de la mochila. Respecto a ello os diré que pese a ser un factor importante no es determinante, pues lo que prima es la comodidad (1º se aligera todo lo posible la carga. Luego la mochila). Nunca sacrifiquéis una mochila cómoda por una más ligera cuya comodidad no os convenza, ni os aferréis tampoco al sentimentalismo para no cambiar de mochila. Si una cosa funciona bien no hay por qué deshacerse de ella, y si algo no funciona bien por mucho valor sentimental que tenga es mejor dejarlo para el museo y cambiar. Nuestra espalda nos lo agradecerá.
Bueno, ya hemos visto que los tamaños más polivalentes son 45L en invierno y 35L en verano (según el modelo y lo que queramos hacer). Pero, ¿cuál es al volumen máximo?.
Para Mí un chico no debe llevar una mochila superior a 60L y una chica no debe llevar una superior a 50- 55L. La diferencia entre chicos y chicas no es porque ellas puedan cargar menos peso (lo llevan nuestras piernas), es por el tamaño de su espalda, que al ser más corta una mochila de mucho volumen sería demasiado grande. También hay que tener en cuenta que ellas son más pequeñas y su ropa es más pequeña y pesa y abulta menos. Si una chica es muy alta puede llevar una mochila más grande, pero no hace falta ser un caracol para ir al Monte.

Bien, ya hemos comprado la mochila. Sólo nos falta llenarla y disfrutarla. La mochila se llena poniendo los objetos más voluminosos en el fondo (saco de dormir, funda de vivac, etc) y haciendo que el peso esté en la parte media y superior de la mochila. En la seta pondremos aquellos objetos que podemos necesitar con fácil acceso: navaja, guantes finos, brújula, etc. La forma definitiva de llenar la mochila es personal de cada uno, esto sólo son unas directrices generales.
Algo muy importante es cómo metemos las cosas. NO DEBEN QUEDAR HUECOS LIBRES. HAY QUE APROVECHAR TODO EL ESPACIO Y COMPACTAR BIEN LA CARGA. En un pequeño hueco siempre caben unos calcetines, etc.

En fin, espero que este artículo os sea de ayuda en vuestras futuras compras y decisiones. Ahora sólo queda tirarse al monte y disfrutar de nuestra mochila.

Bibliografía:

Certificado de Iniciación al Montañismo; Texto oficial del primer nivel de enseñanza de la Escuela Española de Alta Montaña (Ed. Barrabés)

http://pit.madteam.net/

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