28 de octubre de 2008

EL VACÍO

Vacío: Lugar en que uno crea un mundo inexistente a partir de su propia inexistencia con la fuerza vital de la existencia de todos los que quieren existir.

No, no es de este vacío del que vamos a hablar, ni tampoco del espacio absolutamente libre de materia. Vamos a hablar del vacío tangible que comienza siendo una sensación para convertirse en una realidad: el miedo, donde la frontera que lo separa del pánico es tan nimia como la que separa el amor del odio y la risa del llanto.

El vacío es a la mente lo que la lipotimia al cuerpo. Empieza a actuar sin que nos demos cuenta y si no actuamos a tiempo podemos llegar a la parálisis por pánico.

La sensación de vacío se da cuando de forma repetida los puntos de referencia que tenemos están relativamente lejos en un espacio muy abierto y generalmente por debajo de nuestra posición (crestas, aristas y algún otro accidente orográfico), creando una sensación de magnitud del entorno y pequeñez en nosotros. Esta sensación suele ser algo que percibimos de forma inconsciente, un algo que está ahí pero que de momento ignoramos.

Es algo a lo que nos podemos acostumbrar, pero durante ese periodo es cuando hay que estar alerta para darse cuenta de que “algo pasa”. Una vez el vacío ha hecho efecto en nosotros la única solución es tranquilizarse para evitar un bloqueo y llegar al pánico e intentar sobreponerse. Y si no funciona, lo mejor es darse la vuelta.

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